Etapas educativas

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“La imaginación y la emoción siempre ganan a la razón”
Mar Romera

La Educación Infantil es la etapa educativa que atiende a niños y niñas desde el
nacimiento hasta los seis años, con la finalidad de contribuir a su desarrollo físico,
afectivo, social e intelectual. Se ordena en dos ciclos: el primero comprende hasta los 3
años y el segundo va de los 3 a los 6 años.

La Educación infantil es el primer nivel y la base del sistema educativo español,
por lo que debe ser reconocida como tal. Sus enseñanzas se legislan a partir de la Ley
Orgánica 2/2006 del 3 de mayo, de Educación (LOE). Esta etapa de 0 a 6 años es
fundamental en la educación de cualquier niño/a. Importantes estudios del campo de la
neurociencia han demostrado que es en esta etapa en la que se forja la personalidad y se
asientan las bases fundamentales del desarrollo que en edades más avanzadas se
consolidan y perfeccionan.

Nuestros alumnos y alumnas presentan muchas necesidades y distintos niveles de
desarrollo, por lo que a veces, sin darnos cuenta, los obligamos a crecer antes de tiempo.
Las maestras y los maestros tenemos la oportunidad de guiar a los niños y niñas
partiendo de sus intereses y teniendo en cuenta su individualidad como personas y como
seres pequeñitos que absorben todo lo que les rodea, por lo que tenemos la obligación de
ofrecerles un entorno adecuado y experiencias que los llenen de aprendizajes, de vida,
para que puedan ser felices aprendiendo.

EL APRENDIZAJE DEBE SER DIVERTIDO PARA QUE MOTIVE A LOS
NIÑOS Y NIÑAS.

Es esencial mirar con ojos de niño, ahí esta la esencia, solo agachados se mira a
los ojos de un niño o una niña. No vale mirar a los niños/as desde arriba, porque educar
es un acto de amor. Amar es enseñar a volar mientras tú vuelas. Amar es comprender la
singularidad de cada uno de nuestros alumnos y alumnas y así cuidarlos de forma
generosa e infinita para permitir la realización de su ser.

Siguiendo a la prestigiosa pedagoga Mar Romera, en su libro “La familia la
primera escuela de las emociones”, nos muestra que no es bueno aspirar a la felicidad de
nuestros niños y niñas, sino al desarrollo de una vivencia plena, el desarrollo integral de
las personas. Mar Romera experta en educación emocional expone que “no hay
emociones positivas ni negativas, todas las emociones son necesarias”. Los niños y niñas
deben vivir y experimentar la totalidad de las emociones para poder tener una vida plena.
Para entender la educación emocional, debemos imaginar que el mundo emocional es
como una radio: tienes un dial que conectas con una emoción en el momento oportuno.
Por ejemplo, no esta bien que en este momento conecte mi dial con rock duro, es un dial
inoportuno. Además del dial o la emoción le puedo dar intensidad con otro mando. Por
eso, la clave del desarrollo emocional es encontrar la emoción oportuna en el contexto
oportuno con la intensidad oportuna.

La infancia es la etapa más importante para la vida del ser humano, y como tal es
necesario dejársela vivir. Los avances en neurociencia nos lo confirman, pero este
argumento no nos debe llevar a obligar a nuestros niños y niñas a vivir hiperocupados
como los adultos de su entorno.

El juego sigue siendo sin lugar a duda el principal canal para el aprendizaje, el
crecimiento y el conocimiento. La infancia es una etapa, pero más que una etapa es un
espacio y un tiempo. Es un momento que debe ser considerado como tal, y no como la
preparación de nada.

Es necesario dejarles vivir su infancia, sin prisa, sin contar el tiempo, con calma,
desde la admiración que conseguirá el verdadero anclaje del amor.
En los primeros años de la vida el potencial de nuestros alumnos y alumnas es
increíble, sus capacidades son ilimitadas y solo las encorsetan nuestras expectativas. Para
que su desarrollo suceda como es debido, tanto la familia como nosotros los docentes
tenemos que escuchar más y hablar menos, admirar más y mirar menos, tocar más y dirigir
menos, saborear cada minuto por el valor que éste tiene, y no por el que tendrá en el
futuro.

La afectividad debe ser el único hilo conductor de toda situación educativa. Niños
y niñas tienen que sentirse seguros y construir su conocimiento a partir de la formación
de un autoconcepto real y una autoimagen positiva. Los niños y niñas no aprenden lo que
les enseñamos, nos aprenden a nosotros.

Insistiendo en la importancia que tiene nuestra tarea como educadores. “Ser capaces de
enamorar, de ilusionar a nuestros alumnos para que estén motivados por el aprendizaje
sea cual sea la asignatura que enseñemos”.
El estímulo y la excitación cerebral o emoción en los procesos de aprendizaje es
fundamental. Recordando la idea de Francisco Mora en su libro “Neuroeducación” nos
muestra que “Solo se puede aprender aquello que se ama”.

Resaltar la importancia de familia en el proceso educativo de sus hijos e hijas, tal
y como establece la LOE en su artículo 12 “con objeto de respetar la responsabilidad
fundamental de las madres y padres o tutores en esta etapa, los centros de infantil
cooperarán estrechamente con ellos”. La Educación Infantil no se puede separar de la
educación de la familia. Es necesario que los padres/madres generen un ambiente
adecuado, que faciliten la educación del niño/a y estimulen sus capacidades. La familia
constituye el primer agente de socialización de los niños/as. Esta les aporta las primeras
situaciones de aprendizaje y adquieren en ella sus primeros hábitos, rutinas, etc. De aquí
la necesidad de establecer vínculos fluidos con ésta.

La importancia y el valor que posee la educación infantil deriva de que constituye una
etapa fundamental para el desarrollo de los niños y niñas de edades tempranas, al
permitirles construir su personalidad, ampliar sus experiencias y favorecer su desarrollo
social.

Mar Romera en su última obra “La escuela que quiero” (2019) defiende que la
escuela es o debe ser la herramienta para cambiar el mundo incidiendo en la
transformación del profesorado, al entender que la clave en la educación está en el “ser”
y no en “el saber”.

Un buen profesional es aquel que reflexiona, evalúa y mejora su práctica docente,
contribuyendo a ofrecer a sus alumnos/as una enseñanza de calidad. Tal como cita
Stenhouse: “Programar es poner a disposición del alumno /a una selección de ese caudal
que es la cultura”. De este modo, no olvidemos quienes son nuestros /as alumnos /as y
cuál es su cultura.

“Un niño, un profesor,
Un libro y una pluma
Pueden cambiar el
Mundo. La educación
es la única solución”
Malala Yousafzai

 

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La Educación Primaria tiene carácter obligatorio y gratuito. Comprende seis cursos académicos, que se seguirán ordinariamente entre los seis y los doce años de edad. Con carácter general, los alumnos y las alumnas se incorporarán al primer curso de la Educación Primaria en el año natural en el que cumplan seis años.

La finalidad de la Educación Primaria es facilitar a los alumnos y las alumnas los aprendizajes de la expresión y comprensión oral, la lectura, la escritura, el cálculo, la adquisición de nociones básicas de la cultura, y el hábito de convivencia así como los de estudio y trabajo, el sentido artístico, la creatividad y la afectividad, con el fin de garantizar una formación integral que contribuya al pleno desarrollo de la personalidad de los alumnos y las alumnas y de prepararlos para cursar con aprovechamiento la Educación Secundaria Obligatoria.

La acción educativa en esta etapa procurará la integración de las distintas experiencias y aprendizajes del alumnado y se adaptará a sus ritmos de trabajo.

La Educación Primaria se organiza en asignaturas y áreas con un carácter global e integrador y es impartida por maestros que tienen competencia en todas las áreas de este nivel. La enseñanza de la música, de la educación física y de los idiomas extranjeros la imparten los maestros con la especialización o cualificación correspondiente.

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